Una imagen habitual de una junta de producción: el gerente de operaciones revisando los números de productividad y entregas de la semana, las preguntas y respuestas van y vienen hasta que el grupo llega a ese número rojo. Silencio… “¿otra vez?”, exclama cada vez más impaciente esperando una explicación coherente de por qué este producto volvió a fallar su meta de desempeño. Un silencio breve, y después – “volvió a fallar el molde”- responde sin detenimiento el responsable de producción. Unos segundos y continua: “lo llevamos a Taller, pero tardaron mucho otra vez en reparar el daño”.
Los ojos de toda la sala se enfocan al jefe de Taller de herramentales, quien estoico resiste la presión y murmura un “es un molde complicado, cada vez que tenemos que reparar un daño así hay que bajarlo de prensa, desensamblar toda la herramienta y ver si podemos reparar solo con láser y erosión. Si no, hay que ver con el diseñador si es posible insertar”. Otro incómodo silencio que se rompe con la frase casi automática del responsable de producción – “deben resolver cómo lo haremos más rápido”.
¿Suena familiar? Seguro. Lamentablemente esta situación es recurrente, independientemente del tipo y tamaño de organización. Por alguna extraña razón existe esta creencia generalizada de que el herramental “son solo fierros”, y que la reparación del mismo es tan rápida como su puesta a punto para producción. El problema es que las organizaciones ponen poco énfasis en conceptos de diseño orientados al mantenimiento del mismo, lo que lamentablemente tiende a incrementar los costos exponencialmente.
En su libro: “Product Design for Manufacture and Assembly”, Geoffrey Boothroyd concluye que “70% del costo de un producto se determina durante la etapa de diseño”. Un herramental entra en esta consideración y el costo más tiempo de mantenimiento es fuertemente influenciado por su diseño.
Dentro de las consideraciones más prácticas hay 3 factores básicos que al de tomarse en cuenta previenen errores y al mismo tiempo reducen significativamente el costo de mantener y reparar un herramental. Estos son “PIE”, “Pokayokes – Insertabilidad – Estandarización”:
- Pokayokes: es un término japonés que describe un mecanismo “a prueba de errores”. Su principio es simple: evitar el error o en el peor caso, que dicho error NO se convierta en un defecto. La idea es crear características, por ejemplo geométricas, que no permitan ensamblar incorrectamente un componente. Durante el diseño pueden considerarse formas asimétricas que eviten que un punzón en un troquel, o un inserto en un molde, sean colocados en la orientación y/o posición incorrecta (error), lo que evita un daño mayor (defecto) si la herramienta se opera con dicha condición.
- “Insertabilidad” de secciones de desgaste. En lo posible, el diseño de un herramental debe buscar que las secciones de desgaste, o las que tengan una probabilidad elevada de requerir reemplazo sean independientes, permitiendo un refaccionamiento de menor costo y una reacción mucho más rápida frente a un problema. En muchos casos si esto no se considera en el diseño, realizarlo físicamente en la herramienta se vuelve muy costoso o de muy alto riesgo si, por ejemplo, dicha sección afecta una línea de enfriamiento en un molde de inyección.
- Estandarización de componentes. Hay que evitar, a toda costa, la “creatividad artística” en el diseño de un herramental. Las genialidades son extraordinarias pero cuando se trata de dar mantenimiento a un herramental éstas son una pesadilla para el técnico que tiene que fabricar o pedir un componente no estandarizado. Desde un tornillo hasta elementos más complejos, es importante procurar utilizar aquellos de línea que reduzcan costos y tiempos de reacción
Estos son 3 factores importantes que al aplicarse correctamente durante el diseño del herramental, contribuyen a facilitar el trabajo del área de Taller de Herramentales y evitar la reparación de un sistema tan complejo como un molde o un troquel “en pleno vuelo” y que al final del día se traducirá en menores costos y clientes mucho más contentos.